martes, 28 de febrero de 2012

Seychelles, todo un paraíso



Es la isla más grande del archipiélago, donde se encuentra la capital, Victoria y el aeropuerto internacional. Desde aquí podemos acercarnos en barco a las diferentes islas como Praslin, La Digue, Sainte Anne, etc. El visitante no puede abandonar Mahe sin antes acercarse a alguna de sus 75 idílicas playas, como la de Takamaka, efectuar una visita a la Factoría de Té, que muestra plantaciones de té y cilantro o visitar Victoria, que puede presumir de ser la capital nacional más pequeña del mundo.
En Victoria hay tiendas, bares, restaurantes y alguna visita de interés, como el Museo de Historia Natural o el de Historia y el mercado Selwyn Clarke. El coche es el mejor medio para recorrer el interior y las 75 playas de la isla. También es muy interesante visitar desde Mahe el Parque Nacional de Sante Anne, situado a poca distancia de la costa este; Sante Anne es el parque marino más visitado en Seychelles y el buceo aquí es muy recomendable.


PRASLIN
A Praslin podemos llegar en barco, a la Baie Sante Anne (principal puerto de Praslin) o en avión desde Mahe. En esta isla se encuentra uno de los bosques más antiguos e inalterados del planeta: el Valle de Mai, que gracias a su gran valor natural fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1984. En su interior se halla la palmera “coco de mer”, una especie vegetal muy curiosa que crece hasta los treinta metros y da frutos de hasta treinta kilos. Continuando por la costa, se visitan las bahías donde se concentra la población como Bahía Santa Anne, Anse Volbert y Grand Anse, donde se suele practicar submarinismo o si se prefiere, disfrutar de excursiones en barco a otros islotes como Cousin, Sant Pierre o Curieuse: la famosa ruta del “Crucero de las tres Islas”. Una de las paradas obligatorias es el parque nacional marino de la isla Curieuse, donde se pueden admitir tortugas elefantinas de las Seychelles, una especie amenazadora tanto por los antiguos navegantes como por los cazadores furtivos actuales. Desde Anse Volbert se llega por carretera a Anse Lazio, una de las playas más hermosas.


LA DIGUE ISLAND
En la isla de Digue, todos los tópicos de las postales idílicas se hacen realidad. La isla sobresale por su tranquilidad. La bicicleta y el carro de bueyes son sus medios de transporte. La naturaleza ha diseñado en la Digue vistas increíbles en las costas de Source d’Argent, Grand Anse o Anse Patates; las hermosas playas de estas costas, con sus aguas cristalinas, la blanca arena fina, y las caprichosas formaciones de roca granítica, son un espectáculo único que el visitante de Seychelles no se puede perder. También es posible realizar en la Digue otras actividades interesantes como visitar a caballo la Passe o L’Union Estate donde viven aves endémicas como papamoscas negro del Paraíso y el takamaka.



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martes, 7 de febrero de 2012

Hotel Sacher Wien y su Tarta Sacher (Viena)


El hotel de la tarta de chocolate

Pocos iconos pueden considerarse más vieneses que el hotel Sacher Wien. Más que nada porque este clásico entre los clásicos aglutina varios de los símbolos de la ciudad y su cultura. 
En primer lugar, desde 1869 comparte cimientos con el antiguo teatro de la ópera, la gran liturgia sagrada en Viena. 
En segundo lugar, fue levantado por Eduard Sacher, miembro de una de las dinastías vienesas más distinguidas. 
Y, como colofón, fue su padre el inventor del popular pastel de chocolate por el que se siente auténtico fervor y que es en sí mismo responsable de la fama del hotel y de que disfrute de tanta afluencia.


Un reclamo de lo más dulce su Sachertorte, objeto incluso de polémica debido a una pugna por su autoría con un establecimiento vecino. Verdad o verdad a medias, el hotel sigue ofreciendo su ración de pastel... y de escenografía aristocrática, potenciada por el recuerdo de la primera dama de la familia Sacher, una mujer conocida por su afición a los puros y los perros de compañía. Además, el restaurante lleva su nombre, el Anna Sacher. O por la impronta dejada por sus ilustres huéspedes: la reina Isabel, Nureyev, Kennedy, von Karajan...


Y es que es el Sacher Wien todo un teatro hotelero, un ejemplo de poderío y lujo art déco. Un lobby suntuoso, unos salones operísticos, un spa epatante y unas alcobas palaciegas componen este coliseo versión vienesa. Terciopelos, arañas chispeantes, mármoles, moquetas lustrosas, muebles refinados, tapicerías encarnadas y doradas... Lo más idóneo para vivir una experiencia Richard Strauss, Rigoletto, Madame Butterfly o La Boheme.
El Hotel Sacher Wien ofrece un ambiente único compuesto por elegantes muebles, enormes lámparas de araña, tapicerías doradas y encarnadas y valiosas antigüedades. Cada una de las habitaciones posee una impresionante decoración individual digna de la antigua aristocracia vienesa capaz de convertir a sus clientes en los personajes de un lujoso cuento.


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miércoles, 1 de febrero de 2012

Europa en miniatura (Bruparck)



El parque Mini Europa, inaugurado en 1989, posee unas 350 maquetas hechas a escala 1/25 mediante las que se representan 80 ciudades de la Unión Europea.

Situado junto al Atomium, Mini Europa es una forma rápida y divertida de conocer los monumentos europeos más importantes. Cerca de 300.000 visitantes recorren cada año el parque y quedan maravillados por las miniaturas; una Torre Eiffel de trece metros de altura o el imponente Big Ben con cuatro metros.
Algunas maquetas llaman especialmente la atención por ser las más complejas, como es el caso del Ayuntamiento de Bruselas, para el que se esculpieron a mano casi 300 estatuas, o la Catedral de Santiago que necesitó 24.000 horas de trabajo hasta verse terminada. Las más detalladas son también las más caras, como ejemplo, la Grand Place de Bruselas costó 350.000€.
Mini Europa está repleta de jardines y elementos móviles como molinos, camiones, trenes y barcos e incluso el Volcán Vesubio en plena erupción.


Mini Europe es el lugar ideal para pasar un par de horas. Se encuentra junto al Atomium de Bruselas y es, como bien dicen, una buena forma de conocer toda Europa en poco tiempo. Si viajáis con niños, debería ser una visita esencial. 

Por otro lado, si ya conocéis Madurodam en La Haya, es posible que Mini Europe os deje un sabor agridulce. Sus maquetas no tienen la misma calidad y no está tan cuidado como el parque holandés. 

La entrada a Mini Europa incluye una guía en español que indica el recorrido y aporta datos sobre cada uno de los monumentos.


http://www.minieurope.be/es






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