jueves, 3 de marzo de 2011

Pompeya: Un paseo en ruinas



Pompeya es una de las grandes maravillas arqueológicas que aún se conservan en un estado espléndido. Al volcán debemos que se hayan conservado hasta el día de hoy sus casas, sus tiendas, sus calles, hasta sus cuerpos calcinados reconstruidos a partir de un molde de yeso. 
Las toneladas de ceniza y lava que se depositaron sobre la ciudad permitieron que de una forma natural se conservase todo exactamente igual a como se dejó el día de la erupción, cuando los arqueólogos empezaron a desenterrar las ruinas se encontraron con edificaciones que conservaban las pinturas originales, frescos y mosaicos de las casas y templos, así que gran parte de la información que hoy se tiene sobre el estilo de vida romano de mediados del s.I d.C. es gracias a la erupción de un volcán que aún hoy, aunque dormido, registra actividad sísmica: EL VESUBIO.

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Las informaciones que tenemos sobre lo ocurrido el 24 de Agosto del 79 d.C. se debe en gran parte a las cartas que "Plinio el Joven" envió al emperador Trajano donde relataba lo ocurrido, pues su tío "Plínio el Viejo" había estado allí para ocuparse de los asuntos del imperio por entonces bajo la mano de Tito. 
Se sabe que el volcán empezó a registrar actividad días antes del desastre mediante terremotos de baja intensidad, pero los habitantes estaban bastante acostumbrados a este tipo de actividad sísmica, así que no le dieron demasiada importancia, pero lo que nadie sabía, es que durante años un gran depósito de magma se había acumulado bajo el volcán y este sería el detonante de la posterior erupción de tal virulencia que lo que de normal sería un efecto escalonado de las diferentes fases durante días se concentró en uno sólo, la madrugada y las horas posteriores del día 24. 

El magma entró en contacto con agua que se filtraba provocando una lluvia de ceniza volcánica, así mismo el magma empezó a ascender unas 4 horas antes de la erupción, la superficie del volcán se fracturó poco después del mediodía ocasionando la explosión, empujando la piedra pómez y los gases a una altura de 28 Km en vertical, se puede decir que la energía térmica liberada era el equivalente a 100.000 veces la de la bomba nuclear de Hiroshima. Con ello nos hacemos una idea de lo escalofriante del hecho y los resultados posteriores. La columna de gases y piedra alcanzó los 33 Km, pero cuando alcanzó la altura máxima se derrumbó, dispersando los gases a través de 20 Km a la redonda y provocando una lluvia de piedra pómez. Se sabe que lo que mató a tantos habitantes no fue la piedra pómez, ya que ésta , aunque se contaban por toneladas no es mortal en sí misma pues tiene poca densidad, pero sí los gases que debido a su toxicidad hicieron perder el conocimiento por la falta de oxígeno, no obstante los tejados de algunas casas, por el peso se vinieron abajo y los barcos de apoyo para la evacuación quedaron abnegados por la piedra que caía sobre ellos.
En estudios posteriores y por las capas de los estratos, se cree que el Vesubio unificó todas las fases más nocivas y mortales de los volcanes, cubriendo por completo las ciudades de Pompeya y Herculano, no muchos lograron escapar de la desgracia subiendo a los barcos atracados en puerto durante las primeras horas del día, el resto a espera de que lo peor ya hubiera ocurrido se protegieron en sus casas, cometiendo el mayor de los errores, pues a medida que pasaba el día el aire se hacía insostenible. Plinio el Viejo murió intentando ayudar a los Pompeyanos atracando una flota de ayuda en el puerto, pero fue imposible, antes de finalizar el día, miles de hombres, mujeres, niños y animales quedaban sepultados y asfixiados.

Pompeya, habitada por unas 20.000 personas y Herculano quedó reducida a cenizas, a día de hoy pueden verse los moldes que los arqueólogos han hecho de los cuerpos petrificados de los fallecidos, así como de animales, que nos trasladan de una manera muy gráfica a la agonía que sufrió la población. Pompeya es hoy una ciudad fantasmagórica, los frescos, las entradas a las villas o el foro representan lo que fue, una ciudad de ricos aristócratas que perecieron bajo el efecto devastador del volcán.


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Escuchar esta historia pone los pelos de punta...y ver las ruinas que quedan después de todo, es todavía más escalofriante. 

¿Cómo llegar a Pompeya?
Lo habitual es llegar desde Nápoles. Ya puede  ser por avión o en transporte público. Podemos encontrar trenes e incluso autocares que hacen ese recorrido: Nápoles-Pompeya. Hay muchos itinerarios de cruceros que hacen escala en Nápoles, es el momento ideal para hacer una visita a Pompeya.

¿Cuanto tiempo supone ver Pompeya?
Se puede ver perfectamente en una mañana. Existe la opción de hacerlo con guía o de contratar un audioguía. Vale la pena escuchar la historia a medida que se realiza el recorrido.

¿Cuál es la mejor época para ir?
Es preferible evitar los meses de mucha calor, ya que es todo al descubierto y puede llegar a ser agobiante en los meses de temporada alta, debido a las aglomeraciones de grupos y de la calor. Podría ser una buena época entre septiembre-octubre e incluso entre abril y mayo.


Es aconsejable visitar estas ruinas, ya que se podría considerar como el mejor yacimiento arqueológico romano del mundo. Es una visita impresionante, impactante e inolvidable. Las ruinas están bien conservadas y es fácil imaginar como era la vida romana y además, es curioso ver una ciudad que sobrevivieron los yacimientos después de un desprendimiento volcánico. 
Ideal para los amantes de la historia y de la arqueología.


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